—Sabes, una de las cosas que más me han llegado a preocupar
ha sido las injusticias de la vida. A día de hoy pensaba que esta clase de
inquietudes irían aminorando en mí. Pero sin embargo me he dado cuenta de que
la madurez, por inercia, ha intentado menguar mis sufrimientos ante las
hipocresías. He llegado a comprender con el paso del tiempo que si me llegaran
a afectar lo mismo que cuando era joven antaño, mi mente y mi corazón no
podrían soportarlo.
>>La historia de vida comprende el crecimiento y el
desarrollo de nuevas circunstancias, así como al mismo tiempo se crece el valor
y la repercusión de nuestras acciones. Entonces comprendí que a medida que
merma la capacidad de nuestra memoria, incrementan y se agudizan los hechos y
sucesos de nuestros días. Por eso las parcelas en nuestra mente se van
dividiendo cada vez más, quedando menos espacio para aquellas cosas que nos
preocupan o entretienen.
>>Comprendí también que llegará el día en el que haya
tantas parcelas y divisiones en mi mente que no seré consciente ni del diez por
ciento de ellas. Cuando me cueste recordar, cuando le repita a alguien las
cosas porque se me haya olvidado que ya he estado hablando con una persona de
ello... Cuando ya no sepa distinguir entre libertad y cautiverio u opresión.
Entre bondad y maldad. Entre mar y tierra. Entre día y noche. Cuando ya no me
importe que los días pasen rápidos o lentos. Cuando ya no sepa de qué hablar. O
cuando mi demacrado cuerpo no me permita leer, descubrir o conocer. Cuando mi
curiosidad se vea limitada por las vicisitudes de la recesión de la memoria.
Cuando no sea capaz de reconocer las corrupciones de los capitanes.
>>Cuando mi vida haya perdido el sentido por todas
estas razones... Entonces será cuando diga que puedo vivir en una burbuja,
ignorante quizá. Entonces será cuando deje de alzar mi voz y mi puño a lo alto
del cielo. Entonces será cuando ya no haya más libertad por la que luchar, más
oportunidades que pedir, más obviedades que exigir.
>>Pero ojalá jamás me vea tan limitada como
para dejar de expresar y gritar mis pensamientos y sentimientos. Ojalá el hoy
nunca termine y pueda seguir siempre amando a la igualdad y la libertad como
desde el primer día. Ese amor insensato e incongruente que a veces no me deja
ni dormir. Ojalá La Vida tenga algún sentido fundamentado. Y ojalá que ellos,
los capitanes, lo descubran antes que nosotros.