domingo, 28 de octubre de 2012

Como si volara.

  
Viajando, como renacer. Como si cada día fuera la primera vez que mis ojos admiran el brillo del sol. Como si volara, o como si no hubiera mañana. Sientiendo las vibraciones de la carretera en el volante, o la brisa del gélido invierno cortándome la piel, o la cálida bienvenida de cada amanecer. Expandiendo las horas para que ese momento nunca termine, dibujando sonrisas, con los ojos cerrados, de cara al sol. Sí, como si volara... Saltando y corriendo mientras la sensación de libertad me invade. Como si no hubiera nada más importante que sentir la naturaleza bajo mis pies, incluso olvidándome de respirar. 
Y entonces es cuando me siento así, como si volara, deseando que ese gran placer de la vida sea abrumador, intenso. Que me haga olvidar. Me siento eterna en ese instante en el que no puedo apartar la mirada del horizonte. 

El mundo y yo.